Historia de la Parroquia

San Agustín de Hipona

San Agustín de Hipona fue obispo y doctor de la iglesia Occidental. Nació en Tagaste (en la actual Argelia) el 13 de noviembre del 354 y falleció en Hipona (Argelia) el 28 de agosto del 430. Su madre fue Santa Mónica y desde joven llevó una vida disoluta. En el año 385 se convirtió al cristianismo y cambió el rumbo de su vida. En el 395 fue nombrado obispo y en el año 1295 fue nombrado doctor de la Iglesia. Es uno de los mayores pensadores que ha tenido la iglesia universal y uno de los personajes que más ha influido en la Teología Católica.

La llegada de los Agustinos a la ciudad de Valencia se materializa en torno al año 1258, pero no será hasta el año 1307 cuando levanten su convento. Los Agustinos construyeron el convento primitivo, extramuros de la ciudad, junto al conocido como Camino de San Vicente que llevaba al Convento de la Roqueta. La fundación corrió a cargo de fray Francisco Salelles (fallecido en 1310) (frater Franciscus de Salelles). Su sepulcro en piedra se encontraba en el monasterio, hasta que, en 1835 al ser desamortizado, pasó a propiedad del Museo del Carmen (antecesor del Museo de Bellas Artes de Valencia). Con la construcción en 1356 de la nueva muralla cristiana el antiguo convento quedó intramuros de la ciudad pegado a la muralla y muy cercano de la Puerta de San Vicente.

San Agustín de Hipona
Agustinos

1258

Llegada de los Agustinos a Valencia

Convento

1307

Los Agustinos levantan su convento

guerra independencia

1808-1814

Los franceses toman el convento durante la Guerra de la Independencia

Retorno agustinos

1815

Los Agustinos vuelven al convento que está en ruinas

museo

1835

El convento pasa a ser propiedad del Museo del Carmen

prisión correccional

1838

Se convirtió en prisión y correccional

Santa Catalina

1902

Se acoge la antigua parroquia de Santa Catalina Mártir

iglesia actual

1904

Demolición del convento, quedando en pie la iglesia actual

Campanario

1912

Se levanta un nuevo campanario

Destrucción templo

1936

El templo fue destruido durante la Guerra Civil

Reconstrucción templo

1945

Reconstrucción del templo

En 1307 los agustinos levantan su convento junto al conocido como Camino de San Vicente

Llama la atención en el plano del padre Tosca, fechado en 1704, que junto al convento se levantaba una cruz. Según se dice, esta cruz fue levantada como recuerdo que en aquel lugar se encontraba el cementerio parroquial de la iglesia de San Andrés que fue eliminado en 1640 al abrirse la nueva plaza.

Para comprender la importancia de este monasterio diremos que disponía de refectorio, enfermería, noviciado, celdas para los monjes, dos claustros, portería y que su biblioteca situada en el piso superior del refectorio albergaba más de 120.000 volúmenes. En su época de mayor esplendor ocupaba una superficie que iba desde el actual emplazamiento de la iglesia hasta cerca de donde se encuentra hoy en día el MUVIM, en los jardines del antiguo Hospital General.

Después del paso de los franceses durante la Guerra de la Independencia, el convento quedó prácticamente arruinado. El convento había sido convertido en cuartel militar y todas las obras de arte que no pudieron ser salvadas antes de la toma de la ciudad desaparecieron, incluida la biblioteca de la que no quedaron ni los estantes. En 1815 los Agustinos pudieron volver al monasterio una vez abandonado por los franceses pero a partir de ese momento el convento no pudo reponerse de las pérdidas sufridas.

El 6 de agosto de 1835 el convento sería abandonado por los religiosos como consecuencia del decreto de desamortización de Mendizábal. La iglesia continuaría cumpliendo exclusivamente función de parroquia a petición de los vecinos. Esta se volvería a reabrir el 1 de noviembre de 1836.

Con la desamortización de Mendizábal los religiosos tuvieron que abandonar el monasterio

El convento disponía de un claustro gótico situado en el lugar que ahora ocupan los jardines junto a la iglesia. En 1622 (siglo XVII) Juan Jerónimo de Ranyaga (Joan Geroni de Ranyaga) construye un nuevo claustro de dos pisos y un segundo piso en el viejo gótico. Ambos claustros quedaban separados por un cuerpo en cuya planta baja se encontraba el refectorio y en la parte superior la biblioteca. Por descripciones sabemos que eran grandes y que el claustro moderno era aún mayor que el gótico, pues disponía de 28 arcadas, tenía las paredes chapadas con azulejos y en las columnas se disponían imágenes de santos y eclesiásticos. El primer piso se disponía con columnas de orden dórico, mientras que el segundo piso lo hacía mediante columnas jónicas. El viejo claustro gótico lo formaban arcos apuntados y se cubría con bóvedas de crucería. Disponía de dieciséis arcadas por banda lo que nos puede dar idea de su tamaño y establecer comparación con el nuevo. Hoy en día, lo único que queda de los claustros es el muro medianero que unía la iglesia y el claustro viejo.

En 1902 se trasladó a esta iglesia la antigua parroquia de Santa Catalina Mártir, llamándose desde entonces de Santa Catalina Mártir y San Agustín, aunque lo que es el convento fue demolido en 1904, quedando solo en pie la actual iglesia que es conocida simplemente como San Agustín.

En 1936 el templo fue destruido durante la Guerra Civil y a partir de 1945 es reconstruido conservando el nombre de Iglesia de San Agustín. Las obras de restauración corrieron a cargo del arquitecto mayor del Ayuntamiento de Valencia Javier Goerlich Lleó. Entre las intervenciones de este arquitecto cabe resaltar la apertura de una nueva portada que nunca tuvo recayente a la calle Játiva y la modificación de la torre campanario que ahora dispone, ambos elementos un tanto extraños a las características originales del templo. Sobre la portada se colocó un rosetón neo-gótico y en su tímpano una excelente talla de la Virgen María con el Niño con una leyenda en el nimbo de la virgen que dice: “Mater Divinae Gratiae” (Madre de la Divina Gracia).

Durante la Guerra Civil el convento fue destruido, y se reconstruyó en 1945

El campanario por referencias que disponemos sabemos que estaba situado en el lado contrario a donde se encuentra en estos momentos, que era de planta cuadrada y el mismo estaba almenado. Fue realizado por Juan Bautista Pérez Castiel. También fue obra de Pérez Castiel la Sala Capitular hoy desaparecida. En 1912 el arquitecto Luis Ferreres Soler (1852-1926) levanta un nuevo campanario, en estilo ecléctico con reminiscencias góticas en su actual emplazamiento, que es el que se conserva actualmente, aunque reformado y modificado como hemos comentado bien entrado el siglo XX por Javier Goerlich.

La entrada al convento se realizaba por la fachada principal que estaba situada en la actual calle Huesca y que entonces era conocida como Portería de San Agustín. Sin embargo, la entrada al templo desde la calle se hacía por la fachada sur de la iglesia, hoy plaza de San Agustín.

La entrada habitual al templo se realiza por la portada recayente a la plaza de San Agustín. De estilo barroco se fecha en el primer tercio del siglo XVII y se compone de una puerta adintelada, flanqueada por dos pares de columnas estriadas en la parte media superior que apean sobre basamentos. En el cuerpo superior encontramos un frontón curvo partido, en cuyo centro y en el interior de una hornacina se dispone una imagen del santo titular de la iglesia (San Agustín), realizada después de 1936 por José Justo Villalba. Por encima del santo, en un frontón partido, figura el escudo de los Agustinos: un corazón traspasado por una flecha. La portada permite el acceso a la iglesia por el lado de la epístola. En la talla de la portada podemos ver a San Agustín llevando en su mano derecha el báculo de obispo, mientras que con la izquierda sostiene un libro cerrado.

La iglesia se corresponde con un planteamiento gótico francés, donde la sobriedad de la decoración es patente, enfatizado además por el hecho de tratarse de un templo de origen conventual y no dedicado a la feligresía.

Es un templo fechado en el siglo XIV de una sola nave sin crucero, dividida en siete tramos cubiertos con bóvedas de crucería simple. Los nervios apoyan sobre ménsulas directamente en el muro. Capillas entre los contrafuertes cubiertas a su vez por bóvedas sobre ojivas que también apoyan en ménsulas. Coro elevado sobre arcos rebajados a los pies, donde además se encuentra el órgano. Este es obra de los hermanos Frèderic y Yann Desmottes, de Landete (Cuenca) que lo realizaron en el año 2002 pues el anterior había sido destruido en la Guerra Civil. El órgano sería inaugurado en el año 2003. El sotocoro está formado por una bóveda nervada con una clave central y otras dos secundarias en los extremos, bóveda realizada después de la Guerra Civil.

El último tramo más cercano a los pies queda separado por una verja de madera, lo que le da aspecto de atrio cubierto. El primer tramo de la bóveda de crucería de la nave central es más ancho que los restantes ya que cubre el espacio de dos de las capillas laterales. La cabecera se compone de un ábside poligonal de cinco lados cubierta con bóveda de crucería estrellada con terceletes. En la clave central de esta bóveda encontramos una talla de la Virgen de Gracia con el Niño.

Los nervios de la bóveda del presbiterio apoyan en columnillas con capiteles decorados. En cuatro de ellos encontramos a los cuatro evangelistas (tetramorfos), y en las dos restantes a San Miguel luchando con el demonio y al arcángel San Rafael con Tobías.

En 1692 fray José Milán Aragón prior del convento, encargó la renovación y recubrimiento interior del templo, con yesos y caracteres barrocos propios de la época, posteriormente en el siglo XIX volvería a ser renovada con elementos neoclásicos. En la restauración del templo de 1940 serán eliminados todos estos elementos ajenos al gótico original de la iglesia.

No obstante, la pieza más sobresaliente que dispone la iglesia es una imagen o icono de estilo bizantino, conocida como “Mare de Deu de Gracia” (Nuestra Señora de Gracia), de gran devoción en su época hasta el punto de que en las cercanías de la iglesia una calle lleva el nombre de esta imagen sagrada.

Una de las piezas más importantes que puede verse en la iglesia es una imagen de estilo bizantino de la Mare de Deu de Gracia

La primera capilla de la Virgen de Gracia se encontraba en el claustro gótico, fue realizada en 1370 y sufragada por el rey de Castilla, Enrique II Trastámara (1369-1379) que la puso bajo su real patronato y protección. En 1692 la vieja capilla de la Virgen de Gracia sería renovada al igual que el templo. Entre 1750 y 1754 se construye una nueva capilla bajo el patronato del rey Fernando VI (1726-1759) con planta de cruz griega y cubierta con cúpula. El retablo de la capilla era obra de Francisco Vergara el Mayor y a la muerte de este continuada por su hijo, el escultor Ignacio Vergara Gimeno. La pintura de la bóveda era a su vez obra de su hermano José Vergara Gimeno. Esta capilla se situaba en el lado del evangelio cerca de la cabecera. Era de grandes dimensiones ya que sobresalía en planta sobre el claustro gótico.

En 1835 con la exclaustración, la capilla fue destruida pero milagrosamente la tabla se salvó al ser llevada al Convento agustino de monjas de la Presentación que se levantaba en el lugar que hoy ocupa el edificio del Instituto Nacional de Previsión (en la calle Marqués de Sotelo, cerca del Ayuntamiento). En 1836 al ser reabierta la iglesia, la Cofradía de Nuestra Señora de Gracia devolvió el icono al templo siendo colocada en la primera capilla por el lado de la epístola, capilla que sería derribada en 1906 al urbanizar la nueva plaza de San Agustín, ya que los muros de la capilla sobresalían en exceso al exterior de la calle.

Después de la Guerra Civil (1936-1939) la tabla, que había sido escondida en casa de un feligrés, fue colocada en el Altar Mayor en un retablo de piedra neogótico realizado en alabastro por José Justo Villalba. El retablo se compone de dos cuerpos, el inferior adopta distribución horizontal y en su frontal podemos ver dos altorrelieves con escenas de la vida de Jesús: Jesús y la Samaritana y La cena de Emaús. En los extremos de este cuerpo hay dos esculturas de bulto redondo representando a San Agustín y a Santa Catalina de Alejandría titulares del templo. El segundo cuerpo, de distribución vertical, adopta la forma de una portada de inspiración gótica flanqueada por dos pináculos góticos reinterpretados. En el centro del retablo una hornacina con el icono de la Virgen de Gracia y en las jambas que formarían esta supuesta portada doce pequeñas esculturas de los doce apóstoles. Las enjutas que forman el arco apuntado se decoran con altorrelieves con el sacrificio de Isaac. El retablo se levanta sobre un alto basamento o zócalo.

Como dato anecdótico podemos decir que el escultor Ignacio Vergara fue enterrado en este convento en 1776 ya que era miembro de la Cofradía de Nuestra Señora de la Consolación y Correa que tenía su capilla fundacional en el convento y de la que era muy devoto.

Al exterior del ábside pentagonal, en el lado que mira a la plaza de San Agustín, encontramos en el interior de una hornacina, una escultura en mármol de San Vicente Ferrer. El conjunto colocado después de la Guerra Civil de 1936, puede resultar extraño en un convento de la orden de San Agustín, ya que este era Dominico, pero su presencia es comprensible si tenemos en cuenta que en este lugar tuvo su primera casa el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer.

Después de la desamortización de Mendizábal, el destino del monasterio fue muy azaroso. En 1835 los monjes tuvieron que abandonar el monasterio y en 1836 la iglesia cumplía funciones de parroquial. En 1838 el coronel Manuel Montesinos Molina (1793-1862), a cargo de los presos de las Torres de Quart, solicita a las autoridades civiles la propiedad del convento para albergar a los presos que se encontraban en las torres ya que estas no reunían las condiciones higiénicas y de seguridad necesarias. Le fue concedido el permiso para trasladarlos y el convento de San Agustín se convirtió en prisión y correccional. La primera medida que tomó Manuel Montesinos fue derribar la capilla de la Virgen de Gracia que ocupaba parte del claustro gótico y que molestaba para las nuevas funciones de prisión.

Desde 1838 hasta 1893 el monasterio actuó de prisión

El convento albergó la prisión hasta 1893, año en que fue abandonado por los últimos presos. Ya en 1841 los primeros presos lo habían abandonado con destino al nuevo correccional de San Miguel de los Reyes. El motivo de dicho abandono fue las constantes quejas de los vecinos que no querían un correccional en el centro de la ciudad cerca de sus casas. Se decidió que con la venta de los terrenos del convento se sufragaría la construcción de una nueva cárcel (La Cárcel Modelo). El convento fue demolido finalmente en 1904 y con el importe de la venta no se pagó la construcción de la nueva cárcel. Sobre los terrenos que ocupaba el convento, en 1925 se instaló el primer Mercado de Abastos que dispuso Valencia, después de la Guerra Civil se levantaría en su lugar el edificio de Hacienda que todavía hoy en día podemos ver.

Del conjunto monástico que fue el Convento de San Agustín solo permanece en pie la iglesia, conocida como de San Agustín y cumpliendo funciones de parroquia, del convento y de la cárcel solo queda el recuerdo.

Señor y Dios nuestro, que, al elegir a la Santísima Virgen María como Madre del Mediador de la nueva alianza, la constituiste Madre de todas las gracias; concédenos el gozo de recibir, por su intercesión, la gracia de la salvación eterna.